El blog de Cyrano es una novela juvenil escrita por Rosa Huertas, que nos cuenta una historia de amor diferente entre Sofía y Pablo, dos estudiantes de primero de periodismo que comparten la misma pasión, la literatura. Sofía, después de conocer a un curioso y extravagante artista ambulante que le habla de Cyrano y de las cartas que escribía a su amada Rossane y que nunca fueron entregadas, crea un blog en el que escribir sus cartas a su amor imposible, Pablo. Mientras, realiza un trabajo de investigación junto a él, y ambos se verán envueltos en una fantástica y misteriosa historia que ocurrió hace décadas en Madrid como escenario.
LO MEJOR: Rosa Huertas nos plantea un juego entre la realidad y la ficción, en el que los límites entre ambos son muy difusos, que guarda un cierto parecido con el que nos proponía Tim Burton en Big Fish, película de la que ya hablé hace un tiempo en la entrada An immortal and magical thing. Es genial ver como algunos personajes históricos de los años 30, como Lorca, se pasean por las páginas de este libro, interactuando con los personajes ficticios. Con todo, consigue una historia muy creíble que te transporta a escenarios reales, y que engancha desde el principio al final.
LO PEOR: Hay algunos factores en la narración quizás demasiado previsibles, que aunque no se resuelven hasta las últimas páginas, yo ya había adivinado en los primeros capítulos.
PERSONAJE FAVORITO: Sin duda, el protagonismo y la narración en primera persona de Sofía es acertada, pero ella no posee el aura de misterio con el que están envueltos Rodolfo, Isidoro y Mariana, ni el carácter pintoresco de Segis. En muchas partes del relato deseaba saber, como Sofía, qué es lo que pensaba Pablo, un personaje cuyo comportamiento también tiene su misterio. No puedo decantarme por ninguno de ellos, porque todos son especiales y curiosos.
NOTA: 9 - Muy recomendado
domingo, 27 de mayo de 2012
miércoles, 23 de mayo de 2012
Perdido en este loco mundo.
¿Cómo quieren que me encuentre en este mundo que ha perdido la cabeza, en esta sociedad que cada vez está sufriendo cambios más profundos a peor? ¿Cómo quieren que me sienta si cada día me roban el futuro, me arrebatan mis derechos y mis oportunidades?
Sí, lectores, me siento profundamente perdido, estoy hundiéndome cada vez más, sin salvavidas, y no le encuentro salida. Me siento obligado a tomar una decisión tan importante, quizás la más importante de mi vida, y no me veo preparado para hacerlo todavía. Sé que todavía tengo un año para decidirme, pero el tiempo va a velocidad de vértigo, y cuanto más me acerco más confuso veo todo. ¿Y si tomo el camino equivocado? ¿Y si acabo haciendo algo que no me satisface? El miedo al futuro, la indecisión y la presión social me atacan, me dejan sin aire...
Y mi confusión abarca más ámbitos. También me atacan y me rompen la cabeza amores que pudieron ser y no fueron, que parecían muertos, quizás solo llevaban años mal sepultados , amores que parecían serlo y solo acabaron en decepción... No sé lo que siento, no sé si realmente siento algo parecido al amor, o todo está provocado por la confusión en la que me hallo sumergido.
Espero que este caos social acabe pronto, espero encontrarme a mí mismo y descubrir que es lo que realmente quiero, porque ahora mismo, como diría Fito, "No sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo".
Sí, lectores, me siento profundamente perdido, estoy hundiéndome cada vez más, sin salvavidas, y no le encuentro salida. Me siento obligado a tomar una decisión tan importante, quizás la más importante de mi vida, y no me veo preparado para hacerlo todavía. Sé que todavía tengo un año para decidirme, pero el tiempo va a velocidad de vértigo, y cuanto más me acerco más confuso veo todo. ¿Y si tomo el camino equivocado? ¿Y si acabo haciendo algo que no me satisface? El miedo al futuro, la indecisión y la presión social me atacan, me dejan sin aire...
Y mi confusión abarca más ámbitos. También me atacan y me rompen la cabeza amores que pudieron ser y no fueron, que parecían muertos, quizás solo llevaban años mal sepultados , amores que parecían serlo y solo acabaron en decepción... No sé lo que siento, no sé si realmente siento algo parecido al amor, o todo está provocado por la confusión en la que me hallo sumergido.
Espero que este caos social acabe pronto, espero encontrarme a mí mismo y descubrir que es lo que realmente quiero, porque ahora mismo, como diría Fito, "No sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo".
jueves, 17 de mayo de 2012
El enfermo eres tú
El 17 de mayo de 1990 la OMS eliminó la homosexualidad del listado de enfermedades mentales, por eso
hoy, 22 años después celebramos el Día Internacional de la lucha contra la homofobia, la bifobia y la transfobia. Parece mentira que tengamos que seguir celebrando un día para esto en 2012, ¡en pleno siglo XXI! Parece mentira que haya una parte significante de la sociedad que aún piense que alguien puede o debe ser marginado por su orientación sexual, que crea que puede decidir sobre la orientación sexual de otros. Y lo que es peor, que piense que la homosexualidad es una enfermedad que debe ser tratada. Lo primero que deberías pensar es qué daño te hace a ti que una persona decida relacionarse con personas de su mismo sexo o que quiera cambiarse de sexo porque siente que no pertenece a ese sexo. La respuesta es clara, no te afecta para nada. Aun así, tú le insultas, le humillas, le marginas solo por ser cómo es, y con esto, claramente, descargas toda la serie de prejuicios que inundan tu mente. Pero, ¿por qué tú tienes más derecho que él a ser como es? Aunque lo olvides, él es una persona, igual que tú.
Entonces, ¿quién es el enfermo? Él, que lo único que hace es intentar ser cómo es y vivir, o tú, que te crees superior que otra persona por tener distinta orientación sexual. El enfermo eres tú.
Y por tanto, como enfermedad se debe tratar. Como la homofobia se basa en sentimientos completamente irracionales y en prejuicios el único tratamiento posible es la educación, la base de cualquier sociedad.
Hoy y todos los días debemos luchar. ¡Luchar para acabar de una vez por todas con esta discriminación hacia los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales!
hoy, 22 años después celebramos el Día Internacional de la lucha contra la homofobia, la bifobia y la transfobia. Parece mentira que tengamos que seguir celebrando un día para esto en 2012, ¡en pleno siglo XXI! Parece mentira que haya una parte significante de la sociedad que aún piense que alguien puede o debe ser marginado por su orientación sexual, que crea que puede decidir sobre la orientación sexual de otros. Y lo que es peor, que piense que la homosexualidad es una enfermedad que debe ser tratada. Lo primero que deberías pensar es qué daño te hace a ti que una persona decida relacionarse con personas de su mismo sexo o que quiera cambiarse de sexo porque siente que no pertenece a ese sexo. La respuesta es clara, no te afecta para nada. Aun así, tú le insultas, le humillas, le marginas solo por ser cómo es, y con esto, claramente, descargas toda la serie de prejuicios que inundan tu mente. Pero, ¿por qué tú tienes más derecho que él a ser como es? Aunque lo olvides, él es una persona, igual que tú.
Entonces, ¿quién es el enfermo? Él, que lo único que hace es intentar ser cómo es y vivir, o tú, que te crees superior que otra persona por tener distinta orientación sexual. El enfermo eres tú.
Y por tanto, como enfermedad se debe tratar. Como la homofobia se basa en sentimientos completamente irracionales y en prejuicios el único tratamiento posible es la educación, la base de cualquier sociedad.
Hoy y todos los días debemos luchar. ¡Luchar para acabar de una vez por todas con esta discriminación hacia los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales!
martes, 8 de mayo de 2012
Gatanic: Viaje Interestelar (I)
GATANIC: Viaje interestelar - Continuación Diccionario de palabras obsoletas en un futuro próximo
Traducción al español de una historia contada telepáticamente en idioma gatuno. Puede haber algunos errores o confusiones en la reproducción de la narración, ya que el pensamiento quedó grabado en gatuno antiguo.
Traducción al español de una historia contada telepáticamente en idioma gatuno. Puede haber algunos errores o confusiones en la reproducción de la narración, ya que el pensamiento quedó grabado en gatuno antiguo.
Año 0 EPT (Era Post-terrestre) desde la nave que ha sido bautizada como Gatanic, que lleva a parte de la población a un nuevo planeta, la Tierra 2, antes de que la Tierra quede congelada.
El viaje acaba de empezar, pero ya hay algunas cosas que no me gustan de la nave. Mi compañero de camarote es un simple y repugnante humano, pensaba que ya estaban casi extinguidos. Dice llamarse Jack y no para de pintar extraños garabatos en su cuaderno, y no hace más que decirme (qué mala suerte que hable mi idioma) que pose desnuda para él. ¡Estos humanos no tienen vergüenza! ...
*La comunicación cerebral ha sido interrumpida, si quiere volver a establecer la llamada piense 1, si quiere colgar piense 2, si quiere mantener la llamada en espera piense 3, si quiere conectar con la policía piense 4, si quiere...*
... ¿Hola?
Sí. Sigo aquí.
Lo que te decía. Ese sinvergüenza cree que le voy a mostrar mis encantos gatunos como si nada. No he pagado un dineral por estos servicios.
Claro, claro.
¿Quién piensa?
Soy Jack. ¿Posas para mí?
Oh, otra vez un cruce de líneas.
Mi compañero es mucho peor, es un gaguino que lo ha ocultado para poder viajar al nuevo planeta. Parece que nunca nos libraremos de esta chusma.
¿De quién habláis?
Deja de escuchar o te delato. Sé que no has entrado aquí legalmente. Alguien tan pobre como aparentas tú no habría podido pagar el billete.
¿En serio lo harías? ¿Posas para mí?
*El capitán de la nave, Gatfio, les desea un buen viaje hacia el planeta prometido, en el que gatos, humanos y robots asesinos construiremos una sociedad mucho mejor, compuesta por los que han sido elegidos. Esperamos que la estancia en la nave sea lo más cómoda y amena posible.* *Si quieres cambiarte de especie, visita Cirugía Biológica, estamos al lado de los comedores robot.*
Estúpida publicidad cerebral. No hacen más que interrumpir las conversaciones. Sí, te delataré si no paras de acosarme. Soy una gata decente.
Sé que lograré convencerte.
Me voy, el robot asistente me trae la comida. Mmm... Sopa de cables, mi comida favorita.
Que aproveche.
*Fin de la conexión cerebral.*
Claro, claro.
¿Quién piensa?
Soy Jack. ¿Posas para mí?
Oh, otra vez un cruce de líneas.
Mi compañero es mucho peor, es un gaguino que lo ha ocultado para poder viajar al nuevo planeta. Parece que nunca nos libraremos de esta chusma.
¿De quién habláis?
Deja de escuchar o te delato. Sé que no has entrado aquí legalmente. Alguien tan pobre como aparentas tú no habría podido pagar el billete.
¿En serio lo harías? ¿Posas para mí?
*El capitán de la nave, Gatfio, les desea un buen viaje hacia el planeta prometido, en el que gatos, humanos y robots asesinos construiremos una sociedad mucho mejor, compuesta por los que han sido elegidos. Esperamos que la estancia en la nave sea lo más cómoda y amena posible.* *Si quieres cambiarte de especie, visita Cirugía Biológica, estamos al lado de los comedores robot.*
Estúpida publicidad cerebral. No hacen más que interrumpir las conversaciones. Sí, te delataré si no paras de acosarme. Soy una gata decente.
Sé que lograré convencerte.
Me voy, el robot asistente me trae la comida. Mmm... Sopa de cables, mi comida favorita.
Que aproveche.
*Fin de la conexión cerebral.*
jueves, 3 de mayo de 2012
Otros días vendrán
-Otros días vendrán.- susurró ella, con los ojos empañados de lágrimas, mientras el coche atravesaba un túnel que parecía interminable, en el que nunca se veía la luz al final.
- Aunque no veas la luz al final del túnel, aunque todo se te haga cuesta arriba, la luz finalmente llega. Solo tienes que desear verla con todas tus fuerzas y sonreír.- sus palabras retumbaban en su cabeza.
- ¿Pero por qué todo este sufrimiento? - le había preguntado, mientras sentía el hueco tan grande que le había dejado en su corazón semejante pérdida.
- Para que te hagas más fuerte. Para que cuando todo esto acabe sonrías con más fuerza y tus ojos brillen más que nunca.
- No puedo. El dolor que siento no se disipa, cada vez lo siento más.
- Otros días vendrán.- le había respondido, recitando los versos de Neruda:
"Otros días vendrán, será entendido
el silencio de plantas y planetas
¡y cuántas cosas puras pasarán!
¡Tendrán olor a luna los violines!
El pan será tal vez como tú eres:
tendrá voz, tu condción de trigo,
y hablarán otras cosas con tu voz: los caballos perdidos del otoño"
Recordó, la voz de ese hombre, leyendo con tanto sentimiento, tanta pasión aquellos preciosos versos, y cómo sus lágrimas habían inundado una vez más sus pequeños ojos, y cómo su corazón había luchado entre el dolor y aquellas ganas de pasar página y olvidar, oler el aroma a luna de los violines, entender aquel silencio, escuchar las palabras de los caballos perdidos del otoño. Quería que esos otros días llegaran.
Sonrío al ver la luz, el final del túnel, y comprendió que aquellos días ya llegaban. Sonrío, y al salir del túnel vio colgando en el cielo la luna llena, que también sonreía y tocaba una bonita melodía de violín.
- ¡Y cuántas cosas puras pasarán! - gritó ella, mientras sus ojos brillaban más que nunca.
- Aunque no veas la luz al final del túnel, aunque todo se te haga cuesta arriba, la luz finalmente llega. Solo tienes que desear verla con todas tus fuerzas y sonreír.- sus palabras retumbaban en su cabeza.
- ¿Pero por qué todo este sufrimiento? - le había preguntado, mientras sentía el hueco tan grande que le había dejado en su corazón semejante pérdida.
- Para que te hagas más fuerte. Para que cuando todo esto acabe sonrías con más fuerza y tus ojos brillen más que nunca.
- No puedo. El dolor que siento no se disipa, cada vez lo siento más.
- Otros días vendrán.- le había respondido, recitando los versos de Neruda:
"Otros días vendrán, será entendido
el silencio de plantas y planetas
¡y cuántas cosas puras pasarán!
¡Tendrán olor a luna los violines!
El pan será tal vez como tú eres:
tendrá voz, tu condción de trigo,
y hablarán otras cosas con tu voz: los caballos perdidos del otoño"
Recordó, la voz de ese hombre, leyendo con tanto sentimiento, tanta pasión aquellos preciosos versos, y cómo sus lágrimas habían inundado una vez más sus pequeños ojos, y cómo su corazón había luchado entre el dolor y aquellas ganas de pasar página y olvidar, oler el aroma a luna de los violines, entender aquel silencio, escuchar las palabras de los caballos perdidos del otoño. Quería que esos otros días llegaran.
Sonrío al ver la luz, el final del túnel, y comprendió que aquellos días ya llegaban. Sonrío, y al salir del túnel vio colgando en el cielo la luna llena, que también sonreía y tocaba una bonita melodía de violín.
- ¡Y cuántas cosas puras pasarán! - gritó ella, mientras sus ojos brillaban más que nunca.
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