domingo, 16 de febrero de 2014

Que nos duela

Que nos duela

¿Y qué es la vida sino noches en vela? 
Noches de mil vueltas.
Vueltas de mil noches.
Pensando que a la mil uno
 daremos la vuelta al mundo.
¿Qué es la vida sino obsesión?
Obsesión por una vida, por una palabra
por un verso, o un cilindro rodante.
Obsesión por una idea, por un ideal.
Los ideales no sangran, no aman.
Pero nosotros sí.
Amor y dolor.
Obsesión y dolor.
Placer y dolor.
Angustia y dolor.
Alegría y dolor.
Insatisfacción y dolor.
¿Qué sería de la vida sin el dolor?
¿Qué sería de mí, 
si no doliera cada palabra que escribo?
Duelen las palabras que nos dicen,
pero más las que nos decimos.
Que nos duela.
Haz que me duela.
Clávame tus palabras, como estacas.
Clávame tus cuchillos, como miradas.
Clávame tus labios, como espadas.
Clava tus sueños en mis sueños.
Clava tu mente en mi mente.
Horádame los sesos,
hasta que no quede nada.
Haz que grite de dolor.
El dolor por dolor,
como el arte por el arte.
Que nos duela.
Que nos duela.
Porque solo entonces podremos decir:
estamos vivos. 



sábado, 1 de febrero de 2014

Autodestrucción

Quiero ser la nada.
La nada, la libertad absoluta.
Quería ser perfecto.
Y ahora, ahora no soy más
que un producto artificial, sintético
mis poros supuran químicos,
grasa de máquina en mis venas.
Chirrían, crujen, chillan engranajes.
La mente es la cárcel del cuerpo.
Solo anhelo la libertad.
El autoperfeccionamiento es masturbación.
Una bola de destrucción asola mi mente.
No más vigas ni cimientos.
No más palabras ni conceptos.
Solo el viento soplando en cada circunvolución.
Materia gris se desprende.
Cascadas de sangre erosionando mi piel por dentro.
Órganos flotando en mares rojos.
Caos rojo y liberador.
Quiero ser el caos.
Que no quede nada, nada de mi yo.
No lo necesito.
Solo quiero ser la nada.
La nada, nada más.