sábado, 23 de junio de 2012

En la hoguera arden todos los males

Miraron a la hoguera sentados en el suelo. Se oía el chispeo del fuego, se sentía el abrasador calor que proporcionaba. Era la noche de San Juan y habían arrojado todo lo malo a la hoguera, como se habían prometido hace meses. Habían lanzado los malos recuerdos, las lágrimas y la tristeza, las peleas y los reproches. Pero no solo ardían sus males, en la hoguera se estaba quemando todo lo malo del mundo, porque ellos lo habían decidido así. Ardían la violencia y la sangre derramada, ardía la injusticia, ardían el odio y la envidia, la represión y el miedo, el dolor, la hipocresía y las mentiras, ardían las cadenas y la esclavitud, ardían las diferencias sociales, ardían los prejuicios, ardía el mundo tal y como lo conocíamos.
Cuando la última llama se apagó, se levantaron de allí, sintiéndose más ligeros, más libres, porque ya no cargaban con todo aquello, lo único que llevaban a sus espaldas era la esperanza. Porque de aquel antiguo mundo solo quedaban las cenizas, aquella calurosa noche de junio todo había cambiado a mejor. Miraron a la gente a su alrededor, todo el mundo parecía feliz. Los niños corrían y los adultos hablaban riéndose a carcajadas. Comprendieron que todos habían descubierto la magia de la hoguera recién extinta, que todos habían arrojado lo malo a ella. Y ellos corrieron y comenzaron a disfrutar de aquella capacidad que acababan de descubrir: la libertad.

Feliz San Juan, espero que vosotros también arrojéis esta noche todo lo malo a la hoguera ;)

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