viernes, 29 de junio de 2012

¿De qué me tengo que enorgullecer?

Amarillo y rojo. En los rostros, en los balcones, en las puertas y en los bares. Un mar de banderas, que todavía me sigue sorprendiendo. Hasta a mi barrio, de siempre gobernado por IU, llegan las olas de ese mar.
Debo reconocer que, a pesar de que aborrezco el fútbol y no siento el orgullo patriótico, he seguido los partidos, he gritado y he corrido por la calle. Quizás me he dejado llevar por las tradiciones, pero lo he hecho por pasar un buen rato con mis amigos y hacer cosas que no podría hacer un día normal. Por lo menos el fútbol sirve para liberar tensiones. Pero más allá de ello, ¿por qué tengo que estar orgulloso de mi país, por qué tengo que vestir una bandera que no significa nada para mí? 
¿Me tengo que enorgullecer de que los jugadores de la selección ganen 300.000 euros cada uno si consiguen la copa mientras una gran parte de las familias no tiene para comer? 
¿Me tengo que enorgullecer de que Rajoy se vaya a ver un partido de la selección mientras están rescatando al país, o como diría él, concediéndonos un préstamo? 
¿Me tengo que enorgullecer de que se permita una deuda de 752 millones de euros a los equipos españoles mientras los ciudadanos de a pie tenemos que pagar a rajatabla? 
¿Me tengo que enorgullecer de que salga más gente a la calle a celebrar un triunfo en el fútbol que a protestar porque les están quitando derechos? 
¿Me tengo que enorgullecer de haber ganado a Francia en el fútbol, mientras su salario mínimo está sobre 1400 euros, el porcentaje de paro está en el 10 %, y tienen 52 premios Nobel frente a solo 8 españoles? 
¿De qué me tengo que enorgullecer entonces? 
No encuentro razones para sentirme orgulloso por mi país, más bien para todo lo contrario...
Sí, veré la final. No, no vestiré la rojigualda.


sábado, 23 de junio de 2012

En la hoguera arden todos los males

Miraron a la hoguera sentados en el suelo. Se oía el chispeo del fuego, se sentía el abrasador calor que proporcionaba. Era la noche de San Juan y habían arrojado todo lo malo a la hoguera, como se habían prometido hace meses. Habían lanzado los malos recuerdos, las lágrimas y la tristeza, las peleas y los reproches. Pero no solo ardían sus males, en la hoguera se estaba quemando todo lo malo del mundo, porque ellos lo habían decidido así. Ardían la violencia y la sangre derramada, ardía la injusticia, ardían el odio y la envidia, la represión y el miedo, el dolor, la hipocresía y las mentiras, ardían las cadenas y la esclavitud, ardían las diferencias sociales, ardían los prejuicios, ardía el mundo tal y como lo conocíamos.
Cuando la última llama se apagó, se levantaron de allí, sintiéndose más ligeros, más libres, porque ya no cargaban con todo aquello, lo único que llevaban a sus espaldas era la esperanza. Porque de aquel antiguo mundo solo quedaban las cenizas, aquella calurosa noche de junio todo había cambiado a mejor. Miraron a la gente a su alrededor, todo el mundo parecía feliz. Los niños corrían y los adultos hablaban riéndose a carcajadas. Comprendieron que todos habían descubierto la magia de la hoguera recién extinta, que todos habían arrojado lo malo a ella. Y ellos corrieron y comenzaron a disfrutar de aquella capacidad que acababan de descubrir: la libertad.

Feliz San Juan, espero que vosotros también arrojéis esta noche todo lo malo a la hoguera ;)

martes, 19 de junio de 2012

Las revoluciones nacen en el interior de las personas

Quiero creer que el mundo me está enviando señales, que esto es lo que estaba esperando, lo que buscaba, lo que faltaba en mi vida. Hace poco leí una entrada de Elise en la que decía que la poesía nacía en los supermercados. Yo no solo creo eso, también las revoluciones se gestan en ellos. Porque las revoluciones no se basan en el poder (tan superficial y artificial) de una persona, sino en el poder de los valores y los principios, en el poder de la justicia y también y como no en el poder de las palabras.
Parte de estos sentimientos han nacido en mí después de ver la película V de Vendetta. Sentí como que no podía estarme quieto más tiempo, que lo que hacía hasta ahora no era suficiente. Sentí la revolución en mi interior, sentí que tenía que cambiar el mundo. Sé que todo esto parecen delirios de un loco, pero creo que todos podemos cambiar el mundo, a nuestra manera, si nos lo proponemos. Porque estoy harto de escuchar esa frase tan triste: "¿Para qué, si no voy a conseguir nada?". ¡Ese pensamiento es el que nos impide luchar por el cambio, el "no voy a conseguir nada" es nuestra barrera mental! Sí que puedes conseguir algo. Porque un pensamiento deriva en una opinión, la opinión en debate, el debate en reflexión, y la reflexión en cambios.
Por eso quiero que cada uno publique una entrada con el nombre: "Yo cambio el mundo", en la que diga qué es lo que tiene que cambiar, por qué y qué está dispuesto o hacer o qué hace por cambiar el mundo. Sería como una cadena, con propósito de reunir gente que quiera cambiar las cosas. Necesitamos gente que cumpla con su palabra, esto es un compromiso. 
Quien quiera que lea una de estas entradas puede publicar la suya propia. Cada persona que quiera participar debe informar en ella de esta iniciativa, y debe avisar  de que lo ha hecho en este blog: 

domingo, 17 de junio de 2012

Carta a mi futuro yo

Bueno esta entrada es para publicar la carta que escribí hace un tiempo para participar en el concurso de Cartas que jamás serán enviadas que organizó Elise, la dueña de Los muertos pueden bailar, y que ha sido elegida entre las tres ganadoras (estoy muy agradecido por ello). Es mi primer texto de género epistolar, pero espero que os guste, aunque el tema sea parecido al de la entrada anterior y espero no repetirme mucho.


A mi futuro yo:

Sé que no te acordarás de estas palabras que escribiste hace años, que no recordarás que esta carta descansa en el fondo de un viejo baúl en donde voy a guardarla cuando la termine, pero solo escribo para desahogarme, para contarle mis secretos jamás confesados a alguien, aunque sea a mí mismo. Seguro que tus inquietudes no son las mismas que en este momento, que todo habrá pasado por entonces, pero ahora mismo solo puedo decir que no comprendo nada, no le encuentro sentido a mi vida… Te diré que mi problema es esta estúpida rutina, esta estúpida sociedad, esta estúpida crisis. Todos los días lo mismo, la misma gente, los mismos comentarios absurdos, los mismos lugares, todo igual día tras día. ¡Y yo quisiera viajar, conocer lugares y gente, ver el amanecer, bañarme en el mar, tirarme en paracaídas, nadar con delfines! ¡Correría, correría hasta que mis piernas no pudieran más! Pero no puedo. Debo ser el chico estudioso, el que siempre saca buenas notas. Debo luchar por un futuro en el que no creo, un futuro incierto, para convertirme en lo que eres ahora. Y, perdona que te lo diga así, pero me das miedo. Me da miedo acabar haciendo algo que no me gusta ni me satisface, estar para siempre encerrado en la amarga rutina. No quiero estar en una empresa desde el amanecer al anochecer. Dime, ¿qué vida es esa? Espero que si tu vida es así algún día recuerdes esta carta e intentes cambiarla a mejor, y hagas todo lo que no pudiste hacer en esta época, que no solo vivas, sino que VIVAS. Espero que hayas conseguido deshacerte de las cadenas que me atan a mí, de esta presión social. Espero que seas una persona mejor y que hayas conseguido cambiar el mundo, como soñabas en estos días, pero no te veías con fuerzas a hacerlo. Espero… Espero tantas cosas, pero como dicen, la esperanza es lo último que se pierde.

Un saludo,
Tu yo pasado.

Ahora que he sido premiado he investigado un poco por la red y he descubierto que no soy el primero en escribir a su propio yo. Hay una página en la que puedes escribirte un e-mail para que te llegue el día que tú quieras. http://www.futureme.org/ Quizás me aficione a esto, tengo muchas cosas que contarme a mí mismo, y creo que es una buena manera de conocerse. ¿Cuántos problemas resolveríamos si recordáramos cómo éramos antes, en qué hemos cambiado y por qué lo hemos hecho? Espero que os animéis. 


sábado, 16 de junio de 2012

Todo lo que me queda por hacer

Aquí estamos, rozando ya las vacaciones. Después de todo lo vivido, después de tantos momentos, tantas decepciones, tanto luchar por llegar aquí. El aire ya empieza a oler a verano, pero el olor a tinta y papel, el aroma de la rutina se niegan a marcharse todavía. Aún quedan días de exámenes, pero mi cabeza está en otro lugar, mis pies corren hacia el momento en el que las preocupaciones del curso sean agua pasada. No puedo evitar que mis pensamientos vuelen, que mi imaginación ya esté creando planes para el verano,  no puedo frenar las ganas de vivir y de disfrutar que me invaden estos días. Me cuesta concentrarme y guiar mi cabeza y mi cuerpo a realizar el último esfuerzo.
Cierro los ojos y solo veo el mar, la playa. Quiero correr por la orilla y sentirme libre, no preocuparme por nada. Me quedan tantas cosas por hacer... No hay nada que desee tanto en este momento como disfrutar, olvidarme de todo lo malo. Solo quiero sentir la adrenalina en mis venas.
Y voy a hacerlo, voy a aprovechar del primer día al último, voy a cumplir muchos de los propósitos que apunté en mi lista, voy a cumplir mis promesas.
Quizás penséis que todo esto son locuras, que debería estar estudiando, pero ¿y qué? Todos necesitamos hacer locuras, cometer errores, ser humanos.

ESTOS SON MIS PROPÓSITOS Y EXPECTATIVAS PARA LAS VACACIONES: 
- Tengo un par de libros que esperan en mi estantería que esperan para ser leídos.
- Quiero viajar a otro país
- Quiero irme con mis amigos a la playa.
- Quiero vivir.

P.D.: Perdón por el desorden y la baja calidad de la entrada, mi mente y mi cuerpo están cansados y no dan más de sí, solo necesitaba soltarlo. Debería estar estudiando, pero soy débil ante la tentación.

sábado, 9 de junio de 2012

GATANIC: Viaje Interestelar (II)

LEER GATANIC (I)

Jack salió a la cubierta de la nave Gatanic a tomar el aire. En la proa había una joven gata vestida elegantemente para la cena. Jack se acercó a ella. Cuando ella se giró al oír sus pasos vio que era su compañera de habitación.
- Hola, compa...
- Atchís.- le interrumpió con su estornudo.- Aléjate. He descubierto... atchís... que tengo alergiatchís... a los humatchís...nos.
Jack se quedó extrañados. Había escuchado de humanos con alergia a los gatos, pero ¿gatos con alergia a los humanos?
-¿Cómo es que no lo sabías hasta ahora?
- Atchís... Es la primera vez en mi vidatchís... que veo humatchís... nos. En mi clase no hay lugar paratchís... vosotros. Vete.
Jack la miró. ¿De verdad pensaba lo que decía? ¿Creía que por su especie y por su clase era mejor que él?
Ella estornudó otra vez, lo que provocó que por el movimiento de cabeza que se le cayera el discreto sombrero color pastel por la borda. Se asomó, triste por haberlo perdido, y otro estornudo, aún más fuerte le sobrevino.
- ¡ATCHÍS!- el estornudo le hizo perder el equilibrio y cayó, pero Jack llegó a tiempo de agarrarla de la mano, que estaba pegajosa debido a la mucosidad. Ella le miraba desde abajo, asustada.
- ¿Si te subo me dejarás dibujarte?
- Sí, ¡pero vengatchís!- le dijo hostilmente.
Jack la subió utilizando sus dos brazos y ella se apoyó sobre la barandilla y volvió a la cubierta de la nave. Le miró un segundo, y sin agradecérselo ni nada salió corriendo, en dirección al comedor gatuno.
- Atchís.- escuchó cuando ella casi había desaparecido.
Jack suspiró. Le había salvado la vida y ella ni le había dado las gracias. Detestaba aquella sociedad. ¿Merecía la pena viajar al nuevo planeta con toda aquella gente?
Sin cenar volvió a su camarote, y la esperó. Sin embargo, ella no vino en toda la noche, ya que había pedido un cambio de habitación. No podía estar cerca de él. Lo peor de todo es que Jack la echaba de menos.
Se quedó hasta tarde dibujándola en su cuaderno, con su elegante vestido y su sombrero color pastel.


domingo, 3 de junio de 2012

GENTE DISTINTA #08 WILLIAM KAMKWAMBA

¿Quién es William Kamkwamba? 
Os dejo que os lo cuente él mismo.


¿Por qué he elegido a William Kamkwamba? 
William nos muestra lo privilegiados que somos de vivir en la sociedad en la que vivimos, su afán por aprender  nos demuestra que no valoramos lo que tenemos, que no nos damos cuenta del poder y la necesidad de la educación, la base de todo, por la cual nos convertimos en personas. Además me transmite optimismo, nos enseña que hay que luchar por lo que queremos, que se puede conseguir con esfuerzo.
Por otro lado, William nos hace reflexionar. Espero que algún día estas profundas desigualdades entre los países "desarrollados" y los del tercer mundo sean historia, que recordemos eso de lo que todos nos sentimos orgullosos y recitamos en teoría, pero que luego no aplicamos. Me refiero a los derechos, según los cuales todos somos dignos y valiosos. ¡Qué gran mentira! Nos queda mucho por lograr la verdadera igualdad de oportunidades, nos queda mucho hasta que veamos que ellos son igual de humanos que nosotros, hasta que no podamos vivir con el cargo en la conciencia de vivir como reyes a costa de ellos.

GRANDES CITAS
Lo intenté. Y lo conseguí.
A los africanos, a los pobres que están luchando por sus sueños, Dios los bendiga. 
Confíen en sí mismos y crean. No importa lo que pase, ¡no se rindan!

MÁS SOBRE WILLIAM KAMKWAMBA
William escribió un libro sobre su historia con la ayuda del periodista británico Bryan Mealer. No he encontrado el libro en español, en inglés se llama The boy who harnessed the wind


MÁS GENTE DISTINTA:
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